03 noviembre 2006

Sois Parte de mi" Alma's".

No hay un sólo día de clase en la universidad en la que no traslade mi mente a ese barranco por unos segundos. Llevaré siempre la marca de las amistades construídas y los conocimientos adquiridos, tanto los didácticos como los que tratan sobre la propia vida. Siete años de mi "infancio-adolescendia" depositados en cada grifo de las fuentes de agua, en cada aula y, lo mejor de todo, en un rincón del corazón de cada profesor. Son muchos los alumnos que están hoy estudiando ahí y, muchos más, los que ya nos hemos ido. Sin embargo, en corazones tan grandes cabemos todos.
Recuerdo como si de ayer mismo se tratara, el primer día que entré por esa puerta oscura y metálica. Todos vestíamos igual y era de sospechar que ese sitio cambiaría mi vida. Dar nombres sería algo que me llevaría muchísimo tiempo y que serviría de poco para contar mi historia. ¿Verdad, José Angel, Nena, Pepe?.
Cuando paso por ahí me veo corriendo por esos pasillos, subiendo y bajando esos escalones y jugando al fútbol en esas canchas de picón del que se te clava en las rodillas y te deja cojo un par de horas. También me veo sujetando una bandeja metálica en una cola, tan ruidosa como relajante, repleta de alumnos inquietos con hambre. Solo recuerdo un inconveniente. El escenario de las galas. Muy pequeño. O, al menos, a mí me lo parecía. En ese espacio dejé retales de mi propia piel. En esa plataforma mis labios dibujaron sonrisas que tenían un ingrediente especial, un ingrediente con lo que no he vuelto a coincidir. Fue mágico.
Dicen que al alumno más rebelde se le recordará con más cariño. Yo no era muy rebelde, lo justo, pero sí me llevé mucho cariño de ese sitio. No todo; aún hoy vuelvo de visita y me encuentro con que había dejado allí más cariño, aparte del que me había llevado. Me encanta. Son lazos que nunca nadie romperá, pilares muy sólidos. En ese barranco, un hombre conoció a un niño, lo educó, le mostró muchas de las caras del "dia a dia", lo vió crecer, escuchó sus problemas y lo enriqueció con grandes consejos. La vida es tan maravillosa que puede invertir los roles hasta el punto en que el hombre sea quien busque el oído del niño y sus consejos. En ese momento, tanto el hombre como el niño (ya no tan niño) descubren un nuevo sentido del término "amistad". Alucinante. Dos veces mágico.
Cuando entras a estudiar desde muy niño en un lugar así, tu mismo te encargas de estratificarlo todo. Si tu estás en primaria, los de secundaria son los mayores, pero los de C.O.U (que en paz descansen) son los amos, dioses y señores de esas paredes. Parece que cuando cruza delante de tus ojos un alumno de C.O.U estás obligado a prestar atención a todos los detalles que puedas percibir. Al fin y al cabo, tú estas ahí para llegar a ocupar su lugar algún día. Es maravilloso. Ya son varias las visitas que hecho a los alumnos de segundo de bachillerato ( el C.O.U del S.XXI ), visitas en las que les cuento como es todo al salir de ahí, como si yo tuviese la más mínima idea. Sólo he podido decirles que a cada uno nos ocurren cosas inesperadas y diferentes, maravillosas y no tan gloriosas, pero todos sobrevivimos y, además, disfrutando de camino a la supervivencia. Todos. Creo que es la mejor idea con la que pueden afrontar esa nueva etapa.
El día de la graduación es algo similar al día en el que un preso abandona un penal. Es feliz, pero no sabe qué color tendrá la vida fuera de ese lugar, y muchas veces desearía no tener que intentar descubrirlo por miedo a terminar descubriéndolo. La verdad es que, cada día en ese colegio, me sentí como un niño de tres años en un castillo inchable. Una sensación nutritiva en todos los aspectos. No sólo salí de ahí "menos tonto" de lo que entré, sino que muchos días termino convencido de que esos profesores me dieron las piernas con las que tendré que andar toda mi vida. No puedo estar mas agradecido a ellos, mis amigos. No me importa que me recuerden como a un "payasillo". Voy más lejos; me encanta ir de visita y que me recuerden lo mucho que se divirtieron cuando un día, un día suelto de mi vida, un día hace al menos cinco años, puse una cara graciosa o dije alguna tontería. Nada me deja el corazón más ancho.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

que bonita época amigo y que grandes recuerdos....

12:36 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

que bonita época amigo y que grandes recuerdos....

12:36 a. m.  

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